jueves, 1 de diciembre de 2011

Sanidad universal, sospechas y segregación (1).

Hoy comienzo con una noticia de hace algunos días. Esta:


El Sergas (Servicio Galego de Saúde) garantiza solamente los servicios de urgencia a las personas sin recursos. Esta afirmación implica, de ser cierta, que el Sergas no prestaría a estas personas otras prestaciones como la consulta al médico de cabecera, la consulta al médico especialista o el beneficio de obtener medicamentos mediante una receta oficial por la que el Sergas se haría cargo de su coste, según el fármaco que fuese recetado.
El tratamiento de la noticia es adecuado, pero no para echar cohetes. La Voz de Galicia recoge toda la información relevante y cita sus fuentes, algo que si se compara con algún ejemplo visto aquí haría de este diario un modelo de buen hacer periodístico. No exageremos, esta no es más que la constatación de que existe un modo riguroso de informar y de que el periodismo, después de todo, no está extinto. La Voz de Galicia nutre sus noticias de información positiva, pero la dispone a veces de tal modo que pareciera que ha ocurrido precisamente lo contrario de lo que ocurrió. A los ejemplos me remito.
A esta habilidad para darle la vuelta a un hecho y que tanta gracia nos hace en los políticos perdedores de elecciones, en el caso de los periodistas se muestra como habilidad u oficio. Puede ser; un periódico es una empresa y quien paga manda. La habilidad del periodista tal vez se refiera a la capacidad de sobreponerse a la consigna del periódico, facilitando al público los elementos necesarios (la información) para que el lector la interprete correctamente. Démosle, por tanto, el beneficio de la duda a aquellos que dan información, aunque sea en el último párrafo de la noticia.
En el caso de esta noticia, la que nos ocupa, el que se destaque la polémica en el titular sobre la posibilidad de que un grupo, por desgracia, cada vez más numeroso en los tiempos corren se vea sin prestaciones sanitarias, aunque sea por un breve periodo de tiempo, es mucho más grave que todas las polémicas que la Consellería de Sanidade pueda tener con el Instituto de la Seguridad Social. El motivo de que lo valore así es que las personas sin recursos han pagado, que pagan y continuarán pagando los impuestos que sostienen la sanidad: compran comida, ropa, se desplazan en transporte público; pagan el I.V.A. y los impuestos indirectos que pagan todos los ciudadanos. Tienen, por tanto, derecho a todas las prestaciones que la sanidad pública pueda prestarles.
Puede que encuentren demasiado obvio este principio que he enunciado. Lo es; de tan obvio debiera ser asumido por todos, pero cosas veredes, amigo Sancho. Hay quien piensa que los parados, la gente sin recursos, no pagan impuestos, y me refiero a personas que han estudiado su bachillerato y tienen alguna licenciatura universitaria. Ya he hablado de algunas.
Pero no nos alarguemos. Buscaré algún ejemplo de esto en otra ocasión. Volvamos a la noticia. Cito:


Los subrayados son míos. Los gallegos tienen derecho a la asistencia sanitaria, pero no a la misma asistencia. En otros diarios encontramos testimonios que parecen confirmar este extremo:



En la noticia de La Voz de Galicia se van sucediendo informaciones que confirman que a las estrecheces de no tener ingresos algunas personas tendrán que asumir el coste íntegro de los medicamentos (el P.V.P., no lo que se paga tras entregarle la receta oficial al farmacéutico) y tendrán que firmar un documento comprometiéndose a pagar la asistencia urgente recibida. Aquí está el texto de la noticia, miren a ver si no lo he entendido bien:



Y estos son los hechos.
Entretanto, doña Pilar Farjas, conselleira de Sanidad de la comunidad autónoma gallega, procura aclarar la cuestión en la medida de sus posibilidades. La acumulación de evidencias hace que queden pocas dudas de que lo que se dice que ha ocurrido haya ocurrido en realidad: documentos internos, compromisos de pago, personas sin recursos que llevan dos meses pagándose íntegramente los medicamentos que necesitan, es decir: sin posibilidad de obtener recetas oficiales. Todo esto ha ocurrido y la conselleira no desmiente extremo alguno en esta entrevista concedida a La Voz de Galicia:


Este diario, fiel a su tradición, elige una frase de doña Pilar Farjas para elaborar su titular. En principio esta fidelidad a la literalidad del discurso de la entrevistada es un signo de prudencia, de rigurosidad informativa y de buen hacer periodístico. Lamentablemente, la frase resulta ininteligible: el sentido parece claro, y hasta obvio, al principio ("La ley establece que la sanidad es universal"), pero la coma abre paso a "la realidad" que era "otra", ¿"Otra" qué? ¿"Otra" ley? ¿"Otra" manera de interpretar el adjetivo "universal" que va indisolublemente unido a "sanidad" en la "ley"?.
A la vista de que el titular no resulta claro, lectores de prensa como yo ahondan en la lectura de la entrevista pretendiendo encontrar en las palabras de doña Pilar Farjas alguna explicación plausible a la "otredad" de esa "realidad" que menciona.
Y cito:


Y así es: la "otredad" corresponde a las personas que nunca han tenido tarjeta y que tienen la obligación de asumir la asistencia que se les presta. Asumir la asistencia significa pagar por la asistencia. Por lo tanto, la situación no ha cambiado en absoluto: existen "otros" que tienen que pagar por la asistencia y son, precisamente, ciudadanos que están en peores condiciones que la mayoría.
Observe quien lea estos post el eufemístico uso que doña Pilar Farjas hace del verbo asumir. Intenten utilizarlo, si lo desean, en otros contextos como, por ejemplo, invitar a amigo a un café y diciéndole: deja, que hoy asumo yo, o preguntando en una tienda ¿Cuánto tengo que asumir por ese traje?
Pero, bromas aparte, ¿por qué ocurre esto? ¿por qué estas personas tienen la obligación de asumir la asistencia que se les presta?
Pues está subrayado al principio: porque existe posibilidad de fraude.
En conclusión, quien no tuvo nunca tarjeta sanitaria, por lo que se ve, debe pagar por la prestación sanitaria que necesite porque existe posibilidad de fraude o lo que es lo mismo, por es sospechoso de defraudar. Esto es exactamente lo que implican las declaraciones nada claras de doña Pilar Farjas. Lo que me lleva a mí a pensar (esto sí es mío) que estas personas son esa "otra realidad" a la que se refiere el titular, personas que se distinguen de las demás porque existe posibilidad de fraude cuando acuden al sistema sanitario porque se encuentran enfermos.
No entraré a analizar qué relación existe entre firmar un compromiso de pago, cosa que tienen que hacer estos "otros" ciudadanos que acuden al sistema sanitario que pagamos todos (ellos también) y que tienen que pagar por él, y el hecho señalado por la conselleira de que en la orden publicada en el Diario Oficial de Galicia (...) no hay ningún punto en el que se diga que ningún gallego tenga que firmar nada. No alcanzo a ver qué hay de relevante entre que haya gallegos que tengan que firmar un compromiso de pago (ha quedado claro que los hay: testimonios, documentos, etc.) y que el Diario Oficial de Galicia no lo diga, eso no cambia el hecho que tengan que firmarlo, es decir: de que tengan que comprometerse a pagar.
Y, díganme ustedes, ¿esto que describe tan confusamente doña Pilar Farjas no es segregar a estas personas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario