martes, 6 de marzo de 2012

Y sólo un tweet más del mismo

Multar a un mendigo con 1500 euros es tan absurdo como obvio el hecho de que si éste tuviera 1500 euros no se vería en la necesidad de mendigar. Si a ello añadimos que en Valladolid han aprobado una ordenanza que proscribe la mendicidad y la castiga con multas de hasta 1500 euros el sentido común nos llevaría a interesarnos por saber quiénes son las personas que promueven estas absurdas sanciones a personas que no tienen para pagarlas.
Hoy dejo en este post constancia de un tweet de ese director de importante periódico nacional llamado Pedro J. Ramírez (P.J.), que indignado ante el hecho mentado ha pronunciado digitalmente (pinche aquí quien quisiera verlo o confórmese con esta foto):


En el mentado tweet nos enlaza con la noticia glosada por él, a la que puede acceder el amable lector pinchando aquí o ver la foto que reproduzco.


La cosa es para indignarse, desde luego.
Sin embargo El Mundo y P.J., a los que no se pretende restar mérito alguno por denunciar tan injusto atropello, puesto que reservan un generoso espacio en su importante periódico para manifestar con toda contundencia cuán inicua es la medida tomada por el consistorio de Valladolid... Sin embargo, decimos, no mencionan el nombre de la máxima autoridad municipal, el alcalde León de la Riva, hasta llegado el décimo párrafo. Asimismo, quienquiera que lea esta noticia-denuncia y no sea de Valladolid ni conozca quien manda allí en el ayuntamiento no sabrá hasta el octavo párrafo que el Partido Popular (PP) es el partido que tiene la mayoría, y por lo tanto son los del PP los que elaboraron y aprobaron esa ordenanza (a no ser que se omita algún conjunto de circunstancias o hechos que hagan que la mayoría municipal elegida no sea responsable de ello).


Bien, se supone que esto -la responsabilidad de León de la Riva y de los concejales del PP en la elaboración de esta ordenanza- tiene interés periodístico y que debiera destacarse en el titular, mencionando el grupo político mayoritario en el consistorio y el nombre del egregio alcalde de Valladolid. Siendo esto así ¿por qué los condenan al anonimato en el octavo y décimo párrafo? ¿Acaso es por impericia de un becario bisoño?
Lo cierto es que P.J. tampoco lo menciona en este tweet, ni en los anteriores ni en los siguientes.
Por su puesto el hecho de que El Mundo sea un periódico tan importante y P.J. su director descarta automáticamente la idea que León de la Riva y sus concejales del PP hayan sido relegados respectivamente al décimo y al octavo párrafo a propósito, o sea: siguiendo la directriz de una persona con responsabilidad en el periódico. La responsabilidad de un redactor sobre un becario, la de un jefe de redacción sobre un redactor, la de un director sobre un jefe de redacción, todas ellas han de ser profesionales y no pueden tirar a la papelera del décimo y del octavo párrafo a León de la Riva y a los concejales del PP. Eso, aparte de un desprecio para el alcalde y los ediles, contraviene la buena práctica informativa: vendría a ser algo así como valerse de aquel principio enunciado por Walter Burns, el jefe del insigne reportero Hildy Johnson cuando dijo "¿Y quién demonios va a leer el segundo párrafo?" (Primera Plana, Billy Wilder). Y, en fin, si nadie lee el segundo párrafo, como sostuvo Walter Burns,  todo lo escrito más allá de él (el tercero y los siguientes) apenas será silencio.
Y descartando lo anterior tampoco se puede dar crédito a la idea de que los hechos de ciertos partidos políticos o ciertas personas puedan ser pronunciados con sordina en El Mundo. P.J. nos ha disuadido en numerosas ocasiones de esta sospecha: se ha referido a Urdangarín y a la Infanta sin reparar en que pertenecen a la familia real. Ayer, sin ir más lejos, atribuía a un verbo (no sabemos si en cuanto a categoría gramatical o en cuanto a su contenido léxico) el hecho de que la Infanta no fuese requerida en el juzgado para declarar sobre los presuntos delitos de su marido. Esto es todo un ejemplo de la templanza periodística de El Mundo.
No. Sin duda relegar a los concejales del PP y a León de la Riva a los párrafos octavo y décimo ha sido un error achacable a esta actualidad que nos agota a todos.

lunes, 5 de marzo de 2012

De "verbos exculpatorios" y otras perversiones del lenguaje.

Y el Verbo se hizo carne. Citaré a continuación un texto (que el amable lector puede leer íntegramente, si lo desea, pinchando aquí) en el que se explica el significado de esta abstrusa expresión para las mentes poco dadas a discernimientos divinos. He aquí la cita:

<< La afirmación del Evangelio de San Juan: “Y el Verbo se hizo carne” (Jn 1,14) nos anuncia quién es en realidad Jesucristo. Su identidad es divina. Él es “de la misma naturaleza que el Padre”. Es el Verbo, la Palabra de Dios, “el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia” (Hb 1,3). >>

Viene esto al caso porque un conocido director de un importante periódico nacional (importancia esta que no entraremos a analizar aún, todavía) ha pronunciado digitalmente en Twitter lo siguiente (véalo, si quiere, en el original, pinchando aquí):


Observémoslo bien porque podemos estar ante la constatación de un hallazgo verbal de primera magnitud: el verbo exculpatorio. Pedro J. Ramírez (P.J.) se refiere al verbo "estigmatizar" y su tweet con una noticia: esta que, pinchando, pueden leer íntegramente. En ella se explica más o menos claramente por qué la Infanta Cristina no fue requerida para declarar; no repetiré las razones: son razones de juez. No ve indicios, no consta en la documentación incautada, etc. Sólo la inculparía el hecho de ser esposa de Urdangarín. Siendo el matrimonio una vinculación muy estrecha no implica que haya una identidad presuntamente delictiva entre los cónyuges, sean estos de reales familias o de villanos linajes con capas aguaceras y cuchillos cachicuernos. Eso parece pensar el juez; no con las mismas palabras, o tal vez sí, a saber.
Y he aquí que aparece el verbo exculpatorio o como dice P.J. el mismo verbo con el que se exculpó a Glez. (sic, no vaya a ser) Castro (el juez) decide no imputar a la Infanta para "no estigmatizarla".
De nada le vale a P.J. que en la documentación requerida no conste referencia alguna a la Infanta. Así lo explica el periódico que dirige. No, es el verbo "estigmatizar" lo que atrae su atención, y el hecho de que con ese verbo se exculpara a Glez. que vaya usted a saber quién es el tal Glez. ¿Será González, ese que decían que era Pte. del Gobierno?
Tal vez debiéramos remitirnos a otro antecedente más claro, el de Ana Mato, su marido y su Jaguar. Recuerde el amable lector lo que dio que hablar tal cosa pinchando aquí o simplemente echando un vistazo a esta foto.


Y siendo Ana Mato Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España, y habiéndose beneficiado de la presunción de inocencia, es decir: de no haber aprovechado nada de lo que presuntamente haya trincado su cónyuge, implicado en la trama Gürtel, y estando ahora, a pesar de todo, libre de estigmas, digo yo ¿no tiene la Infanta también derecho a tal presunción?
Es evidente que P.J. ve algo más que los que somos ciudadanos de a pie en ese verbo exculpatorio o en esos estigmas. En cualquier caso parece que tanto Ana Mato como la Infanta no están imputadas por no haber habido pruebas que las inculpen, y ello debería bastar tanto a P.J. como a los demás. Pero la exégesis moral de una obviedad pronunciada por un juez, a saber: decir que no llama a declarar a la infanta porque ello no reportaría más que su estigmatización, se tansforman en una insinuación en las palabras de P.J.: la de que no la llaman a declarar por ser quien es. Y todo a pesar de que él, como juez,  dice que no hay pruebas que la inculpen.
Y esto lo la hace P.J. por ser quien es, naturalmente.

jueves, 1 de marzo de 2012

Y de cómo enervar extendiendo la ira.

Procede de Twitter, pero ni a escaramuza llega. Se trata de un tweet de Pedro J. Ramírez (P.J.) en su línea muy suya, alejada del oficio que ostenta o simula ostentar. El tweet es este que en lazo para certificar su existencia y autoría, y que pego en el presente post para evitar el vaivén webero que puede desconcentrar a las percepciones nostálgicas del papel.


En las repuestas vemos que la sibilina edificación argumental de este egregio director de periódico, dirigida a las emociones, no cala en todas las personas. Quienes sucumben pueden que lo hagan por su adhesión a las afirmaciones de este propagandista, del que no negamos cierto dominio de la labia -no de la retórica. A lo mejor piensan así, pero coincidir con Pedro J. en tachar de mezquindad e insensibilidad algo que no consta que haya sucedido, a saber: que CCOO y UGT desoyeron a quienes piden que se preserve el 11M para recordar a las víctimas. Según el diccionario de la RAE "desoír" significa "desatender" o "dejar de oír" y para que CCOO y UGT desoyeran a quién P. J. supone que desoyeron, estos (los que fueron desoídos según P.J.) tuvieron que haber sido oídos en algún momento por CCOO y UGT, esto no consta en ninguna parte.
Siendo esto así, ¿qué necesidad tiene P.J. de alentar un conflicto si su causa no se ha producido?
Pues la clave está en este tweet suyo que he enlazado y reproducido: provocar que alguien diga, por ejemplo: "esos sólo escuchan a quien les subvenciona" o "no es justo que se les quiten a las víctimas la posibilidad de homenajear a sus familiares y amigos". Son ejemplos, ninguno de ellos es verificable ni objetivable, ninguno es información, ninguno responde a la pregunta. Además, la pregunta no busca una respuesta, sino una reacción visceral, una descarga de odio, un exabrupto, un cabreo... P.J. quiere un público cabreado que compre su periódico, un público al que, además, como él mismo no dice:

Le regala películas.
Yo creo que es degradante: a ira enerva a las personas, que se ven debilitadas en todos los sentidos. Los que la extienden se fortalecen. P.J. se fortalece con la ira que provoca. La ira es acrítica, irracional, destructiva, degradante, inicua, embrutecedora... Hace que se asienta ante aberraciones como si fuesen principios probados.
El propósito de P.J. no es informar, evidentemente. O al menos eso demuestra en este tweet.

Afortunadamente, se alzan voces ante esto. Pinche aquí el amable lector si quiere o confórmese con este fragmento que dejo aquí, y sepa a qué me refiero:
Quede así por hoy.

Y hoy una portada.

La portada es esta. Hoy es día 1 de marzo de 2012. El periódico es ABC. Las portadas de los diarios constituyen a veces una síntesis iconográfica que condensa su percepción de la actualidad. Hoy pongo la portada:

De su visión sobresale una intención acusatoria.