viernes, 17 de agosto de 2012

“Tráguese o al menos no grite, murmulle los insultos.”

“Ira, error y miseria”. Así titula Hermann Tertsch su artículo en el diario ABC del pasado 27 de julio. Tertsch degrana esta aleccionadora tríada nominal en cuatro párrafos que el amable lector podrá leer si oprime doblemente el botón izquierdo de su ratón en el presente enlace.
No de ahí, sino de la edición en papel del ABC de la fecha indicada, hemos tomado nota de algunos fragmentos para componer este florilegio:
‹‹ Si le quitan el sitio para aparcar (...), no se exceda con los gestos ofensivos y tráguese o al menos no grite, murmulle los insultos(...). Tenemos que dar las gracias por no tener la tradición americana de la autodefensa armada y del coleccionismo de fusiles de asalto porque (...) este país se nos iba a poner entretenido (...).Y no me refiero ya a esa jauría de miserables agazapados tras el anonimato que siembran de insultos e infamias las redes sociales››
‹‹Las frustraciones en estos tiempos de zozobra y mala uva se manifiestan con tanta virulencia que debiera preocuparnos. Y no hay que recurrir  ya por desgracia a los peores, como ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid, que proclama ya la guerra, para intuir que vamos a tener años a tener años de necesaria precaución aumentada en la aproximación a nuestros semejantes (...).Es muy comprensible que en tiempos tan inclementes sean muchos los que tienen necesidad de esa sensación de pertenencia que da el saberse miembro de la inmensa tribu de perjudicados.››
‹‹Esto se puede aplicar a situaciones de dramatismo auténtico (...). Pero también se puede aplicar a farsantes ridículos, a necios peligrosos y a canallas frívolos.››
‹‹El panorama mediático aquí tiene campeones. Ahora más que nunca habría que decirles que las llamadas que hacen al envilecimiento desde sus tribunas públicas son despreciables. Porque hay majaderías que son sólo un producto tonto del que vivir un listo, como por ejemplo Pilar Rahola (...). ››
Esto, que no es un resumen, lo transcribimos al objeto de mostrar qué palabras utiliza y para qué las utiliza. Un resumen requeriría modificar el mensaje y, con él, la intención comunicativa del autor. Quien quiera acceder al texto íntegro aquí tiene otro enlace. Es el tercero que ponemos y puede que no sea el último.
En estos fragmentos destaca la mención a dos personajes concretos, uno es ‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’ y el otro es ‘Pilar Rahola’. Esta, ateniéndonos a la literalidad del texto, aparece citada ad exemplum. Más adelante explicaremos pormenorizadamente por qué el carácter ejemplar esta cita se correspondería más con el primero de los personajes (‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’), cosa que contradice lo explícitamente declarado por Tertsch. La cita a ‘Pilar Rahola’, si bien coincide con su propósito ejemplarizante, no se ajusta al simple ejemplo marginal al que remite la expresión ‘como por ejemplo’ que la introduce, sino que forma parte de la res del artículo, su tema central.
Pero antes merece la pena destacar el hábil manejo que el autor realiza del argumento de autoridad, como ya vimos en otro comentario nuestro titulado ‘Argumento de autoridad y corriente de conciencia’. El sabio sobre el que Tertsch apoya sus asertos es el africano beréber Agustín de Hipona (354-430), nacido en Tagaste, hoy Souk Ahras (سوق أهراس), Argelia.
La precisión sobre el lugar de nacimiento de Agustín de Hipona se hace no por la relevancia que esta nota erudita pueda tener para el artículo que hoy nos ocupa, sino por la que pueda adquirir en el caso de que decidamos analizar otros artículos de este autor.
Agustín de Hipona es uno de padres de la iglesia latina.
Tetsch se refiere a él como el ‘santo sabio de Hipona’ y evoca su pensamiento con estas palabras:
‹‹recordemos también todos los días que hacer piña con los peores en el error es la forma más rápida de envilecer.››
Esta es una paráfrasis de una cita muy conocida del sabio de Hipona, que dice:
‹‹Errare humanum est, perseverare autem diabolicum.›› (Agustín de Hipona, Sermones, 14 A. 1034)
‘Errar es humano, perserverar en el error es diabólico’. Tertsch proyecta sobre este principio los elementos que observamos en su paráfrasis, a saber: ‘hacer piña con los peores’ y ‘la forma más rápida de envilecer’, que obviamente no proceden -huelga mencionarlo- del pensamiento de Agustín de Hipona, sino del sesgo que Tertsch pretende darle a sus enseñanzas.
Independientemente de los propósitos Tertsch, que no vienen al caso, su paráfrasis yerra porque pretende igualar elementos cuya relación con el pensamiento de Agustín de Hipona es, como poco, discutible: el ‘hacer piña con los peores’ de Tertsch podría ser una de las infinitas maneras de ‘Errar’ de Agustín de Hipona, pero ‘la forma más rápida de envilecer’ debiera estar relacionada con la premisa ‘perseverar en el error’, una idea que Tertsch omite en su particular versión del pensamiento de Agustín de Hipona.
Cabe, pues, preguntarse que tendrá que ver esta paráfrasis de Tertsch del pensamiento de Agustín de Hipona con el pensamiento original de este sabio padre de la iglesia latina (‘Errar es humano, perserverar en el error es diabólico’) norte-africano de origen beréber salvo, claro está, la voluntad del autor de aproximarla a su distinguido nombre.
Volvamos ahora con las consideraciones que anticipábamos arriba sobre ‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’ y ‘Pilar Rahola’. Avanzábamos nuestra convicción de que aquel es un simple ejemplo marginal, mientras que esta es la res de este opúsculo, lo que contradecía lo declarado explícitamente por el autor.
Pues bien. Nuestra conclusión es el resultado de comprobar la cantidad de información verbal explícita que Tertsch facilita sobre cada uno de estos dos sujetos. Así pues, de ‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’ sabemos por el texto que forma parte de una categoría denominada ‘los peores’:
‹‹Y no hay que recurrir ya por desgracia a los peores, como ese (...) ››
Y que como sujeto se caracteriza por sus acciones:
‹‹ que proclama ya la guerra››
Y esto es todo sobre ‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’.
Sin embargo, por lo que respecta a ‘Pilar Rahola’, Tertsch declara en primer lugar su adscripción a una categoría confusa:
‹‹hay majaderías que son un producto tonto del que vivir un listo, como por ejemplo Pilar Rahola. ››
Cuya aclaración debiera haberle dedicado Tertsch algún esfuerzo, ya que ‘Pilar Rahola’ es, según su declaración, un ‘listo’, cosa que contradice el género femenino de ‘Pilar Rahola’. Presumiblemente Tertsch no ignora la condición sexual de ‘Pilar Rahola’, así que esta falta de concordancia podrá deberse o a un propósito no declarado de Tertsch o a una errata.
Pero no acaba aquí la categorización de este sujeto. Más adelante puede leerse:
‹‹ una señora que lleva décadas viviendo en la casta costrosa y corrupta que ha hundido a Cataluña.››
‹‹ No sólo revela su peor catadura de chivata››
Estas notas descriptivas aparecen en el cuarto párrafo, que está dedicado casi íntegramente al sujeto ‘Pilar Rahola’. Queda claro, pues, por qué concluimos que esta formaba parte importante de la res de este opúsculo de Tertsch.
Si aceptamos esta hipótesis cabe preguntarse, pues, ¿por qué el autor se cree en la necesidad de los tres párrafos anteriores, con su dudosamente oportuno recurso al argumento de autoridad de Agustín de Hipona, su referencia a ‘ese Martínez, el sindicalista de la UGT de Madrid’, a ‘esa jauría de miserables agazapados tras el anonimato que siembran de insultos e infamias las redes sociales’, ‘a farsantes ridículos, a necios peligrosos y a canallas frívolos’, etc.? Es decir, ¿por qué no lleva la res del artículo, su tema central (‘Pilar Rahola’), al título?
Lamentablemente, nuestra respuesta a estas cuestiones es puramente especulativa, pero no se sale del texto. Tertsch se aplica a sí mismo sus propios consejos, con los que empezaba el artículo:
‹‹ Si le quitan el sitio para aparcar (...), no se exceda con los gestos ofensivos y tráguese o al menos no grite, murmulle los insultos(...).››
Y eso es justamente lo que hace. No se sabe si ‘Pilar Rahola’ le ha robado el aparcamiento, pero es muy probable que Tertsch sienta un fuerte impulso a ‘sacar el gato del portamaletas’ y realice el ejercicio extremadamente difícil de contención que consiste en no gritar y murmurar los insultos.
Afortunadamente, la gente de bien, la mayoría, renuncia a ellos.




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